En absoluto. La razón es que el derecho a la vida es anterior a cualquier derecho del Estado.
Parece mentira que haya personas muy inteligentes y que no sean capaces de reconocer que el Estado no es dueño de la vida de nadie.
El Estado no puede cruzarse de brazos ante cualquier crimen y menos dar a las madres el derecho a suprimir la vida de un hijo.