Recordamos en el mes de Mayo, mes de María, las apariciones de la Virgen a los tres niños en Fátima, a los que tanto les recomendó rezar el rosario y hacer penitencia por la conversión de los pecadores. Encargo que Francisco, Jacinta y Lucía tomaron muy en serio.
Haciendo memoria de otras apariciones de la Virgen, enseguida nos damos cuenta de su predilección por escoger a humildes niños para hacer llegar sus mensajes. La Virgen quiere contar con los niños. Algo especial tendrán para que Ella les haga encargos que nos asustan a los mayores. Está claro: la Virgen María necesita niños.
Esto me lleva a reconocer que tal vez nosotros no usemos todo el poder de la oración de los niños, que no sólo agrada a la Virgen sino también al mismo Dios.
Por ello, pienso que valdría la pena invitar a nuestros niños a rezar el rosario por la conversión de los pecadores, cristianos y no cristianos, que somos muchos.
Los oyentes de Radio María se complacen, con cierta frecuencia, uniéndose al rosario dirigido por los niños. Y bien que nos gusta a todos oír esas voces alabando a la Virgen y suplicando por nosotros pecadores.
Pues al igual que esos niños, otros muchos lo pueden hacer. Todo está en que nos lo propongamos. Y lo podríamos conseguir. Y no sólo que lo rezasen los niños, sino que éstos moviesen a los mayores a rezarlo, porque cuando los niños se empeñan, lo consiguen.
Digo que se puede conseguir porque, además del ejemplo citado de Radio María, hace unos años, estando en Perú, lo conseguí fácilmente en la parroquia en la que estaba ayudando. ¿Cómo? Ahí va la experiencia.