No soy quién para juzgar si la independencia será mejor o peor tanto para Cataluña como para el resto de España; creo que peor, pero no apuesto. La Iglesia, tanto en un caso como en otro, debe seguir evangelizando con mayor o menor éxito, siempre dentro de su campo. Pero personalmente puedo tener mi opinión y expresarla:
“No soy partidario de la independencia”. ¿Por qué?