Con frecuencia se distingue entre vida pública y privada. Algunos con ello pretenden compaginar el tener un cargo importante en la administración, con una vida privada inmoral. Claro, una cosa es saber pintar, o cantar, o darle a un balón, y otra muy distinta es la moralidad personal.
No es el mismo caso cuando hablamos de la honradez en la vida pública y en la privada. Es la misma honradez la que se manifiesta en ambas. Porque ¿qué varita mágica transforma a una persona corrupta en honrada por el hecho de que se la hayan confiado responsabilidades públicas? ¿Podría alguien decirme que uno que sea ladrón en su vida privada, deja de serlo cuando se le confía la administración de grandes bienes en la vida pública? ¿Quién de nosotros le confiaría sus bienes?