En el artículo anterior “¿ME AVERGÜENZO DE PERTENECER A LA
IGLESIA?”, hablaba del cuarto de la basura de la Iglesia. Decía, entre otras cosas: Que hay muchos, pero muchísimos de los que tienen relieve social y de los que no lo tienen, que unen su vida a la cruz del Señor y viven con autenticidad el espíritu del Evangelio. Son como flores preciosas que hay en montañas y valles que nadie verá nunca, pero cuya hermosura y aroma sólo lo ve el Señor. Así hay muchísima gente. Son las grandes obras del Espíritu. También tú lo puedes ser.